Tengo algo nuevo que empezar, pero junto a esos recuerdos que vuelven a surgir, esos recuerdos que pensé que estaban abandonados. Es una carga difícil seguir lo que quieres si existe algo que continua amarrándote al pasado.
Me encantaría tener la posibilidad de tachar lo que fue, de borrar las escenas que odié y sigo odiando, me encantaría hacer desaparecer cada imagen tuya, cada palabra o cada sonrisa que despertaste en mi.
Me encantaría que cada vez que volvieras a mi me dijeras por qué te fuiste y los motivos de tu regreso. Me encantaría que fueras convincente por una vez, porque antes de tu regreso yo tenía un proyecto. Tenía unos nuevos planes que empezar. Tenía nuevas metas y ninguna te nombraba.
Pero apareces de nuevo. Llegas sin avisar y haces que toda la ilusión que tanto me había costado reunir se fuera tan rápido como te fuiste tú.
Y todo esto por ti. Siempre tú. Siempre es por ti.
Me duele que juegues porque esta historia no la considero un juego, pero sobre todo me duele que sigas jugando conmigo.
No te cansas de seguir con esto, pero yo si. Me canso de esperar y de esperarte, me canso de las ilusiones y de ilusionarme, me canso pensar y de pensarte.
Pero sobretodo me canso de que por ti me haya caído y vuelto a levantar muchas veces, de que por ti no me importe tropezarme otra vez con la misma piedra. Me canso de que tú lo destruyas todo tan solo con pasar.
Es por eso que he decidido escribir yo el final de esta historia, por mi y por el futuro que me espera. Por ese futuro que no es contigo, sino sin ti.
Y no pienses ni un segundo en regresar por el camino que te vio partir, porque sin ti no queda nada del dolor que me causaba mendigarte por un beso, volví a encontrar la libertad que se escapó, mi corazón estaba preso, se disipó la oscuridad en mi interior y ahora veo que tu amor no era amor.
Tal vez te duela, pero desde que te fuiste me siento mucho mejor.