lunes, 19 de diciembre de 2011

Construyendo ilusiones mientras te miro a los ojos

El saludo que nos dio la vida fue la entrega de un papel en blanco. 
El inicio de lo nuestro está compuesto por un bolígrafo que nos decía: ''Comenzad a escribir vuestra historia''. Y sin querer, así, sin más, la historia se va escribiendo sola.
Porque normalmente cuando buscas no encuentras, y de repente, sin buscarte yo te encontré. Caprichos del destino, y nunca mejor dicho.
Inocentes momentos, inocentes lugares, inocentes nosotros que engañados por el destino hemos acabado donde nunca se nos hubiera ocurrido.
Ahora es como si cada pedacito de mi te perteneciera. Como si de repente, sin plantearlo, te hubieras hecho dueño de mi... Aunque hablando de forma sincera, creo que es eso justo lo que ha ocurrido.
Sabes quien soy, sé quién eres y ahora sabemos quiénes somos, porque juntos es diferente.
Cada vez que tus ojos me miran, cada momento que me dedicas solo a mi... Cada centímetro de tu piel, de tus manos, de tu boca. Cada secreto que intento esconder sin mucho éxito...
Sabes qué quiero y sabes qué no quiero, en qué momento y en cuál otro no. Sabes lo que quiero decir aunque de mi boca no salga ni una sola palabra. Sabes el lugar exacto en el que me tienes que acariciar para que se me olvide regañarte por hacerlo.
Ahora si no te toco mi piel está fría, si no estoy a tu lado te echo de menos... y en esos momentos me doy cuenta de lo grande y extraña que se hace mi habitación sin ti.
A mi me da igual que me eches la culpa con esa sonrisa que yo solo conozco, me da igual que me regañes y que me digas. A mi me da igual que los demás no lo entiendan, o que miren intentando entender, porque yo no les voy a explicar nada de lo que soy cuando estoy contigo, porque ese secreto es tuyo y mío. Nuestro.
Lo único que me importa es el sonido de tu voz al decirme te quiero y el sonido del beso que va después. Lo único que me importa es quererte en cada rincón de esta ciudad y besarte escondidos, descubiertos, con frío o con calor. A mi no me importa que algún día te rindas, porque estaré yo, y yo no lo haré. No me importa que te rías cuando no hace gracia o que quieras salir si no hace sol, en lugar de quedarnos entre colchones contando secretos de los que nunca nadie se va a enterar.
A mi me da igual que me susurres, que me grites o que no me hables... Tus ojos dicen más de los que tú crees, y a esos sí que no hay nadie que los pueda callar.
Eres único, porque sí y porque me apetece decírtelo. En cada pequeño rincón de tu cuerpo hay algo que te hace especial, y te lo digo yo que lo conozco.Hay algo que hace que cada noche sueñe con verte de nuevo y con recitarte una y otra vez lo que te digo siempre y tú te sabes de memoria: que te quiero, concluyendo con un ''no puedo estar sin ti''.
Quien diga que lo nuestro es una locura no nos ha visto cuando estamos solos... Cuando la mayor de las locuras se convierte en algo cuerdo y lo nuestro... lo nuestro deja sin aliento. 
Yo no necesito que me intentes impresionar... Hace tiempo que ya estoy impresionada por ti. No necesito que me prometas castillos, ni cuentos, ni hadas, porque tenemos de todo, cariño, y no nos hace falta de nada.
Sé que te quiero y sé que me quieres, y desde aquel momento no necesito saber nada más.
Puedes estar escuchándome sin parar, incluso sabiendo que hablo por los codos. Puedes abrazarme sin decir nada más y eso es lo más tierno que he visto nunca.
Puedo notar la suavidad de tu voz cuando nuestros labios están cerca y el perfume que dejas en mi ropa tras haber estado horas juntos. Sin separarnos.
Como si cada rincón sin luz desapareciera a tu llegada, y la vida, difícil de afrontar, se volviera de repente la más sencilla oportunidad que nos han dado.
Como cuando me coges de la mano, yo te digo que no me sueltes y mis dedos se entrelazan con los tuyos pidiendo a gritos que nunca nos separemos.
Tus abrazos traen el calor que me falta en estas noches de invierno. Esas en las que aparece la luz y el calor y la magia cuando vienes a mi lado.
Siento decirte que nada nos va a separar, lo digo por si tenías pensado irte.
Voy a llenar cientos de baúles con los recuerdos que vamos amontonando, voy a guardarlos bien que luego... Luego se olvidan.
Voy a quererte hasta que me digas que ya no más o yo decida que te toca a ti quererme un poco.
Qué gracioso cuando pienso en la de vueltas que da la vida. Mi vida. Ahora tuya, claro, ahora nuestra.
Yo solo quiero que me mires, sí, como sabes hacer tú, de esa forma que solo es posible explicar sin palabras. Te pido que me acaricies sin cansarte y me beses hasta que nuestros labios digan: ''Basta''.
Te quiero a ti, a lo que haces de mi y a lo que haces conmigo, pero sobre todo quiero a cada una de las razones que tuve para decirte por primera vez: ''Cariño, ahora soy yo la que quiere quedarse contigo para siempre''

lunes, 12 de diciembre de 2011

Y es que tengo miedo, miedo de perderte.

No puedo evitarlo. Lo siento, pero no. Ya sé que me has explicado, que me has prometido. Pero bueno, al fin y al cabo son solo promesas... y las promesas vuelan. No digo que tú no las cumplas eh, de hecho, eres el único que creo capaz de cumplir todas las promesas que me haces.
Es que el miedo... el miedo es difícil de ahuyentar. Yo lo intento, de verdad. Bueno, tú ya sabes que lo hago, pero es que son tantas cosas...
Es fácil pensar que todo irá mal, yo ya lo sé, pero créeme que cuando estoy contigo... todo es diferente.
Y es que sigo teniendo miedo, aunque tú me digas:  ''No seas tonta, cariño, eso no va a pasar''. Tengo miedo de perderte, de que no estés conmigo cuando más lo necesite, de que llegue un día en el que te canses de cuidarme, o de llamarme, o de decirme te quiero.
Tengo miedo de que otra te robe el corazón, porque aunque yo crea que es mío... quién sabe si alguien me lo puede quitar cuando menos lo espere.
Miedo de que tu boca ya no me bese a mi, de que tus manos sean dueñas de otra cintura... de que tus ojos... de que tus ojos miren con esa dulzura a otra diferente, a otra que no sea yo.
Sé que son muchas cosas, quizás tonterías... pero todavía no lo sé. Yo no te pido que me quites este miedo. Yo ya soy toda tuya, todo mi corazón es para ti, así que solo te pido que lo cuides, que tengas cuidado con las decisiones y conmigo, porque no quiero acabar diciendo: ''Si ya lo decía yo...''