Quería encontrar y descubrir al fin todo aquello que me quedaba por experimentar. No podía esperar más, quería disfrutar como lo hacían los demás. Quería encontrar lo que me faltaba para esa plenitud tan esperada por todos durante nuestras vidas. Llevaba mucho tiempo buscando, y a la vez intentando averiguar qué era exactamente lo que buscaba. Porque nadie disfrutaba, nadie tenía la plenitud que yo deseaba encontrar.
Entonces me di cuenta que yo comencé mi camino con ganas de luchar, ganas de hacer que este mundo fuera distinto... pero una de las dificultades que encontré en mi búsqueda fue tener que aprender a ser como todos, a dejar los sueños al lado y a no guiarme por mis ilusiones. Fue duro darme cuenta que era esta continua búsqueda lo que hacía que las personas olvidaran lo que más deseaban conseguir y terminaran sin encontrar el sentido a su propia vida.
La vida es algo que está con nosotros y que no nos damos cuenta de que poseemos. Es más valioso que cualquier objeto que podamos tener. Solo tenemos una vida, no podemos tocarla, pero os aseguro que si podemos sentirla. Sentirla más que cualquier sentimiento que puedas aparecer en nosotros. Y la malgastamos buscando la felicidad. ¿La felicidad? ¿No eres feliz viendo todo lo que has sido,eres y has logrado ser? No intentemos convencernos de que la felicidad llegara después de unos años de esfuerzo, porque la felicidad está junto a nosotros desde que nos regalaron la vida. La felicidad está escondida entre los pequeños momentos que guardamos con amor, entre los pequeños detalles que a veces no somos capaces de reconocer. La felicidad está continuamente intentando que nos demos cuenta de que está con nosotros. Quiere que nos demos cuenta de que aunque a veces parezca que no sigue con nosotros, permanece a nuestro lado.En esos momentos brilla con menos fuerza, pero si la buscamos bien, con ganas, podremos ver que disimuladamente, está acompañándonos en cada paso que damos, en cada decisión que tomamos y en cada noticia que nos dan sin esperarlo. No podemos pensar que el futuro será mejor porque ni tú, ni yo sabemos que podrá ocurrir. Todo lo que tienes ahora, lo que crees que no te hace feliz, todo eso puede esfumarse de un momento a otro para siempre. Puede irse sin avisar. Y entonces será cuando nos demos cuenta de todo lo que teníamos, de toda la felicidad que nos transmitía y comprenderemos que el futuro no nos va a devolver nada. Tenemos que darnos cuenta de que toda la felicidad que andaba escondida por nuestros recuerdos sigue estando presente y debemos dejar que esté presente en cada día de nuestras vidas, porque somos nosotros los únicos que la controlamos y somos nosotros los que muchas veces no la dejamos aparecer.
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